Después de la tormenta, reina la calma
aun las gotas de lluvia brillan en cada flor,
bajo la luz de la luna en esta noche tan tibia.
Solo la soledad y yo respiramos tu aroma.
Este aroma que cada día se va disgregando,
y tengo que oler tu ropa porque no quiero perderte
aun no, es demasiado pronto.
Cierro mis ojos, coso mis labios y camino.
Van mis huesos tan desnudos de ti,
trato de vestirlos con bellos recuerdos que guardo
ponerles los colores que te agradaban,
y sentir la música que dejaba chispitas en tus ojos.
Mi soledad y yo, aspiramos la tierra mojada
sentimos la brisa del viento,
que poco a poco va secando las gotas de lluvia
que se evaporan tan lentamente como tu.
lunes, 3 de noviembre de 2008
DESNUDA SOLEDAD
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