la belleza, el encanto y la alegría,
las tres diosas encantadas
dieron paso esa noche a una carroza de plata,
que raudamente asomó sobre un cielo muy oscuro
y por el espacio con su luz a cada estrella iluminó,
el cielo entonces con brillos y colores se pobló.
Cada planeta en su órbita destellos despedían
pero la luna enamorada de un mortal estaba,
cada noche se asomaba a la punta de ese monte
para correr hacia él y en silencio sus besos dejar caer.
Las diosas al ver su tristeza,
mezclaron en sabias palabras algo de sentimiento,
un poco de pasión y un resto de su mirada
y el mortal en Sol pronto se convirtió,
fue su amante el que a diario le daría su atención ,
su amor y su paciencia
Nació de ella en horas distintas pero solo se amaran
cuando el ocaso asome y sus corazones trémulos en pasión se unan
y al encuentro de ese amor el rojizo atardecer estallara,
sobre el llano sus cenizas dejaran caer
las musas elevaran nuevamente las cenizas
y al ser esparcidas hacia el cielo
una luna enamorada brillara.
2 comentarios:
Me dejo la sensacion de esos cuentos indigenas, leyendas, que se pasaron relatados de generacion en generacion... tal vez, de gota de rocio en gota de rocio, sustentadas por fuertes vientos e impetuosos rayos, hasta quedar grabados en este blog...
La Pluma.
Tal vez porque en una gota miles de moleculas viven, ahi esa sensación de antaño.
feliz 2008!!!!
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